La madre de todas las terapias tailandesas es la Medicina Tradicional Tailandesa, un sistema complejo que entierra sus raíces miles de años atrás en la historia de este país del sureste de Asia. Una historia que se ha modelado con las influencias de culturas vecinas como la india, la china o la khemer, en las cuales ha encontrado una enorme riqueza cultural de la que nutrirse. Esto ha sido posible gracias a movimientos migratorios, comerciales, peregrinajes y a los periodos en los que grandes imperios se han expandido dentro de lo que hoy son las fronteras de Tailandia.

De esta magnífica sinergia surgen sistemas de tratamiento tan importantes y efectivas como el Masaje Tradicional Tailandés, una rama fundamental del sistema médico tradicional de Tailandia. Desarrollado a lo largo de toda la geografía del país, las formas que ha adoptado este masaje son diversas, tomando características de las distintas regiones en las que han ido fraguándose y de los periodos históricos en los que han disfrutado de un mayor reconocimiento.

De todas estas formas, destacan el estilo del norte, con base en la ciudad histórica de Chiang Mai, y el estilo del sur, consolidado alrededor de la actual capital, Bangkok, donde se estableció la primera escuela de Medicina Tradicional Tailandesa del país, Wat Po, reconocida por el rey Phra Chaoyuhua Bhumibol Adulyadej, el Rama IX, sita en las inmediaciones del complejo de templos Phra Chetuphon.

Asimismo, en cada región de Tailandia han surgido formas propias de tratamiento del cuerpo, la mente, el espíritu y los flujos de energía, que pueden ser difíciles de encontrar en otras zonas como, por ejemplo, las que entierran sus raíces en el reino Lanna que fue establecido en la región septentrional de Tailandia durante los siglos XIII y XVIII (tok sen, yam khang, etc.).

En Sabai Dee, las sesiones de masaje tailandés y terapias tradicionales tailandesas no están prediseñadas ni siguen un patrón fijo. En Sabai Dee, las sesiones van tejiéndose espontáneamente mientras se nutren de las circunstancias y necesidades del cliente en ese preciso encuentro, de la escucha, la sensibilidad y la experiencia de la terapeuta. De esta forma, no encontrarás dos sesiones iguales. Cada vez será única e irrepetible.

Asimismo, durante cada sesión habrá un tiempo dedicado a la conversación consciente para poder acercar el masaje al cliente de la forma más precisa y acertada.