A pesar de lo que hayamos podido escuchar o experimentar, el masaje tradicional tailandés es un arte de sanación que promueve un tacto sensible que se adapta a las necesidades de cada persona.
En las calles de muchas ciudades y pueblos de Tailandia, los y las masajistas se reúnen para ofrecer sus servicios, a los turistas principalmente, a sabiendas de que van a dejarse encantar por unos precios bajos y unos minutos de entrega, sin tener a penas idea de lo que debe ser un buen trabajo terapéutico. De esta manera, muchas personas sin conocimientos profesionales ni experiencia útil en el campo de la sanación, se camuflan entre auténticos/as profesionales del antiguo arte del masaje tailandés. Y en este escenario en el que, como turistas, no podemos discernir con criterio un buen trabajo de uno malo, es en el que se asienta la creencia de que el masaje tailandés duele mucho, es fuerte y te deja con dolor durante el tiempo suficiente como para no repetir. Pero nada más lejos de la realidad. Un buen masaje tailandés, se desarrolla desde la escucha atenta y consciente a la persona que lo recibe, descubriendo sus condiciones, sus características, sus necesidades, su energía sutil y orientándole para que contribuya pasiva o activamente al restablecimiento de su equilibrio.
Añadir comentario
Comentarios